sabio

SABIO (68), esa figura de conocimiento profundo y experiencia, que a menudo visualizamos con una barba larga y una mirada penetrante, reflejando las innumerables lecciones aprendidas a lo largo de los años. Pero en un mundo imaginario, la sabiduría no se mide por años, sino por la ROPA (49) que uno viste.

En este reino peculiar, la vestimenta de cada individuo cambia y evoluciona según los conocimientos que adquieren. Una persona que ha aprendido sobre las estrellas tendrá patrones de constelaciones bordadas en su manto, mientras que alguien que entienda de plantas tendrá telas tejidas con hilos verdes y flores delicadamente cosidas. La ropa se convierte en un libro abierto, mostrando los secretos y lecciones que cada persona lleva consigo. Ser un sabio en este mundo significa portar el vestuario más intrincado y colorido, una verdadera obra de arte que cuenta historias de descubrimientos y aventuras.

Ahora, si llevamos al SABIO al mundo del OSO (6), imagina un bosque donde los osos no son simplemente criaturas salvajes, sino guardianes de antiguos secretos. Estos osos, con su pelaje suave y mirada profunda, son los verdaderos sabios del bosque. Se reúnen alrededor de hogueras, compartiendo historias del universo, de estrellas y galaxias, de ríos y montañas. A aquellos humanos que se acercan con respeto y una mente abierta, estos osos les enseñan sobre la naturaleza y los misterios del cosmos, convirtiéndose en guías espirituales y protectores del conocimiento ancestral.

Con la imaginación como guía, lo que parece común puede abrir puertas a mundos donde todo es posible y donde la sabiduría toma formas inesperadas.