codo, cata
CODO (71), esa articulación que nos permite flexionar y extender el brazo, fundamental en muchas de nuestras acciones diarias. Es también una palabra que evoca proximidad, recordándonos la expresión "codo a codo", que sugiere colaboración y estar al lado del otro.
Al asociar CODO con OTOÑO (12), imaginamos un bosque lleno de hojas de mil colores, cayendo lentamente en una danza otoñal. En este mundo, al llegar esta estación, la gente se reúne en los parques y bosques, no solo para disfrutar del paisaje, sino también para participar en un ritual peculiar. Se sientan en círculos, codo con codo, y al unísono extienden y flexionan sus brazos, moviendo sus codos al ritmo de la caída de las hojas. Esta danza conjunta, coordinada y sincronizada, se cree que trae buena fortuna para el año que está por comenzar, siendo un gesto de agradecimiento a la naturaleza y de unión entre las personas.
Luego, cuando relacionamos CODO con TACO (17), nos encontramos en una callejuela bulliciosa de una ciudad vibrante. Aquí, los vendedores de tacos han ideado una forma ingeniosa de servir a sus clientes más rápidos. Con un movimiento ágil del codo, lanzan la tortilla al aire, la rellenan con los ingredientes en pleno vuelo, y con otro movimiento la pliegan perfectamente antes de que caiga en el plato del cliente. Es un espectáculo verlos trabajar, y la gente acude de todos lados no solo por la delicia de los tacos, sino también por la habilidad y destreza de estos vendedores. Es una fiesta de sabores y movimientos, donde cada taco es una obra maestra en sí misma.
Estas visiones transportan la simple idea del codo a escenarios llenos de magia y color, mostrándonos cómo, con un poco de imaginación, lo cotidiano se puede convertir en algo extraordinario.