naipe, napia
Con NAIPE (29), que se refiere a una carta de juego, vinculándolo con CORO (74), imagina una baraja de cartas en la que cada carta, al ser sacada, emite un canto específico de un miembro del coro. Cuando se juega una partida, es como si se estuviera dirigiendo una melodía coral, con altos, bajos y todo tipo de armonías. Ahora, al conectar NAIPE con HUEVO (8), piensa en un huevo mágico del cual, al romperse, en lugar de yema y clara, emerge un naipe especial. Este naipe tiene el poder de predecir el futuro o cambiar el curso de un juego de cartas de manera impredecible.
Con NAPIA (29), que es una forma coloquial de referirse a la nariz, y CORO (74): Visualiza un coro en el que cada miembro tiene una napia que actúa como una especie de instrumento musical. Cada vez que respiran o cantan, sus narices producen sonidos únicos que añaden un toque distintivo a la música coral. Y enlazando NAPIA con HUEVO (8), imagina una napia tan potente que puede oler un huevo desde kilómetros de distancia. Es un regalo y una maldición, pues aunque puede detectar el más mínimo aroma, también se ve obligada a soportar los olores menos agradables con una intensidad abrumadora.
Estas asociaciones juegan con lo cotidiano y lo extraordinario, creando imágenes mentales sorprendentes para facilitar la recordación.