baile, vela, abuelo

BAILE (85), esa expresión artística donde el cuerpo y el alma se unen para moverse al ritmo de la música. El baile es liberación, es pasión, es un lenguaje sin palabras que todos, independientemente de su origen o cultura, pueden comprender. Es un recuerdo de cómo nuestros antepasados se reunían alrededor de fogatas para celebrar, llorar o simplemente ser uno con el momento.

VELA (85), la llama que ilumina la oscuridad, que nos guía en las noches más oscuras y que simboliza esperanza. Una vela puede representar un deseo, una oración, un recuerdo. También nos transporta a tiempos antiguos, cuando la vela era la principal fuente de luz en los hogares y las ceremonias.

ABUELO (85), ese pilar de sabiduría y amor en nuestras vidas. Los abuelos son la conexión con nuestro pasado, con nuestras raíces. Nos cuentan historias de tiempos pasados, nos enseñan valores y nos brindan un amor incondicional. Son testigos de la historia, y a través de ellos, nos conectamos con generaciones anteriores.

Al asociar estos tres elementos con NUEZ (20), imaginemos una noche especial en un pequeño pueblo. Las familias se reúnen en la plaza principal para un gran baile bajo el cielo estrellado. Las velas iluminan el espacio, creando un ambiente mágico. En el centro, un viejo abuelo cuenta historias de su juventud mientras rompe nueces, símbolo de la dureza y la recompensa. Cada nuez que se abre es una historia, una anécdota, una lección. La música, la luz de las velas y la voz del abuelo se mezclan en una noche inolvidable, donde el pasado y el presente se unen en una danza eterna.

Estas imágenes evocan momentos de unión, tradición y conexión profunda con nuestras raíces.